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Comunicación

Katsumi Mamine en «la Contra» de La Vanguardia (07/08/2014)

 

El passat 7 d'agost el Katsumi Mamine a "la Contra" de La Vanguardia

 

Tengo 70 años. Nací en Tokio. Casado, tengo dos hijos. Me licencié en Bellas Artes, luego vine a Barcelona y fundé una escuela de seitai. Observo una falta de respeto por la vida. Quiero dejar tranquilas las dos expresiones internacionales: «Madre mía» y «Dios mío».

A mis ocho años tuve la suerte de conocer a un genio: Haruchika Noguchi, y su práctica de la cultura del seitai, el secreto de la vida, eso que nadie sabe definir y que él desentrañó de manera intuitiva.

¿Y cuál es el secreto de la vida?

La vida es movimiento. La ausencia de movimiento es muerte. Fuimos movimiento antes de que el óvulo fuera fecundado y seremos movimiento hasta el preciso instante de nuestra última exhalación.

¿Qué se practicaba en el dojo de Noguchi?

El movimiento espontáneo. El corazón se mueve, el estómago, los músculos, las vértebras, la psique… Todas las células se mueven, todo en nosotros es movimiento.

Pero si es espontáneo no hay que aprenderlo.

Durante nuestra vida solemos bloquear la espontaneidad del movimiento. Por ejemplo, alteramos la respiración, la acortamos, la elevamos. Pero si escuchamos llanamente a nuestro cuerpo hay una vía de recuperar la amplitud natural de la respiración instintiva relacionada con la coordinación de todos los movimientos también instintivos.

¿Qué provoca esa alteración del movimiento espontáneo?

Al bloquear la enorme fuerza de la propia vida se produce una sobreexcitación interna, un endurecimiento físico, una descompensación orgánica y una obsesión mental.

Entonces, ¿hay que reaprender el movimiento espontáneo?

Con una llana atención nos damos cuenta de que poseemos ese movimiento espontáneo y simplemente hay que seguirlo. Pero siempre he tenido dificultad en transmitir verbalmente lo que aprendí..

Sesenta años de experiencia en el seitai, veinte de los cuales con su maestro.

Durante cuarenta años me he dedicado a ordenar el inmenso legado de Noguchi y a intentar explicar de una manera científica su descubrimiento; para ello he realizado estudios de embriología, funciones orgánicas, fisiológicas, las respuestas psíquicas… Y así comprendí un malentendido.

Usted dirá.

Me di cuenta de que faltaba una palabra decisiva para expresar la propia vida.

Y la inventó.

Escogí tres palabras griegas: cráneo, columna vertebral y pelvis (CVP), esa es la estructura rectora de la vida de cada organismo vertebrado. Pero tanto en la cultura oriental como en la occidental dividimos el cuerpo en cabeza, tronco y extremidades.

Eso nos enseñan en el colegio.

Como las palabras son vehículo de pensamientos, resulta que el pensamiento humano ha establecido que en esa dicotomía de cabeza y tronco, la cabeza rige el tronco.

 

¿Y no es así?

Cráneo, columna y pelvis deben coordinarse para regir la vida, y lo hacen a través del movimiento espontáneo. Es cierto que el cerebro lo rige casi todo, por eso desde la cabeza debemos prestar atención a la coordinación CVP… Es algo francamente gustoso.

 

Se trata de regenerar el vigor de vivir
Katsumi Mamine, maestro de seitai

 

¿Gustoso?

Todos nuestros sistemas orgánicos quieren coordinarse, y para eso tenemos esa estructura CVP, pero suele tener bloqueos. Simplemente prestando atención vamos dándonos cuenta de dónde está el bloqueo. Pero no se trata de controlar o aprender a manejar, sino simplemente de atender.

Atiendes, ¿y qué ocurre?

Los órganos internos empiezan a reactivarse y tienes la sensación psíquica de que, ¡caray!, estoy recuperando algo de mí mismo. Son prácticas sencillísimas, no necesitas aprender técnicas ni tener maestros, el profesor es el propio movimiento espontáneo.

Entones, ¿qué hace usted?

Ayudar a descubrir esa experiencia que nos acaba dando una mayor vitalidad. Esta estructura que rige la vida tiene cinco movimientos esenciales: vertical, frontal, lateral, rotación y central, y cada uno de ellos rige determinadas partes del organismo. Simplemente hay que conocerlos y observarlos.

¿Ese movimiento espontáneo es igual en cada uno de nosotros?

No, es algo completamente personal, por tanto en la práctica no todas las personas hacen los mismos movimientos como en el caso del yoga, el taichi u otras prácticas.

¿Escuchas y dejas que aparezca el movimiento?

Sí, un movimiento sutil. Y esta aparente tontería te aporta algo muy importante, te va enseñando dónde estás bloqueado, y con la práctica todo empieza a fluir. Todos sabemos que nuestro cuerpo es un conjunto, que todo está relacionado, de manera que de repente descubres que tu acidez de estómago recurrente ha desaparecido.

¿El seitai cura?

Regenera el vigor de vivir.

¿Incluso en una depresión?

Todo tu cuerpo está continuamente regenerándose, si no conectas con ese movimiento y vives únicamente en la cabeza, sientes que todo tu ser está parado. Conectar con el movimiento interior te devuelve esa capacidad intrínseca de lo vivo.

 

Publicación en el diario Ara de un artículo sobre Katsumi Mamine (08/06/2014)

 

La mercantilització de l’educació ha apostat per un sistema sense docents i, per tant, sense cap altra autoritat que la seva pròpia rendibilitat.

Fa temps que s’ataca els mestres des de diferents fronts: per una banda, el discurs antiautoritari ha criticat sovint la jerarquia i el poder de mestres i professors. Però per una altra banda, també la mercantilització de l’educació ha apostat per un sistema sense mestres i, per tant, sense cap altra autoritat que la seva pròpia rendibilitat.

Un mestre, com s’ha sabut i s’ha practicat des de temps antics en el conjunt de les cultures humanes, no és aquell que imposa el seu saber, sinó qui ens obre la porta de la pròpia vida. El podem trobar en un professor, potser, però també en una àvia, en un pare, en una companya de viatge, en un poeta o en un veí. Un mestre ho és pel que sap, però sobretot perquè fa possible saber. Els vertaders mestres, doncs, acompanyen, però no tutelen, i finalment ens alliberen de tota dependència cap a ells i cap a qualsevol altra instància de poder.

Fa pocs dies vaig ser jo qui em vaig escapar fora de classe per anar a trobar un mestre. Érem molts escoltant i rient amb Katsumi Mamine a la llibreria Alibri, mentre presentava el seu llibre El movimiento vital, editat per Icaria. Katsumi Mamine fa 40 anys que viu a Barcelona i que treballa en un pis de l’avinguda República Argentina sense rètols, gairebé sense mobles. Un espai buit on ensenya, amb les seves mans i el moviment del seu cos, a trobar el propi moviment vital. No hi ha màgia, esoterisme ni promeses terapèutiques. Només exercicis molt simples, a l’abast de qualsevol, a través dels quals tenir accés al propi cos com a font inesgotable d’aprenentatge. La postura d’aprendre: en diu ell. Una postura que no és estàtica ni reverencial sinó tot al contrari: és la del moviment d’un cos capaç d’escoltar-se a si mateix.

 

Sé que més d’un intel·lectual, científic o expert en el que sigui es deu estar posant nerviós després d’haver llegit aquest darrer paràgraf. Ens agrada vestir-nos amb el coneixement, però estem molt poc disposats a deixar-nos tocar per la vertadera comprensió de la vida i de les seves veritats. Per això ens hem anat carregant de tant de coneixement inútil, per molt aplicable i rendible que sigui, i de tanta cultura supèrflua. Katsumi ens explicava que quan de ben jovenet va conèixer el seu propi mestre, H. Noguchi, el que va pensar és: «Com pot ser que això tan important no s’ensenyi ni s’expliqui enlloc?» Estic segura que tots hem sentit alguna vegada la mateixa sensació davant d’alguna ensenyança important.

Que Katsumi tingui els ulls ametllats no ens ha de fer caure en la trampa de pensar que tot això és cosa d’orientals. Sòcrates, pare de la nostra cultura filosòfica, caminava per l’Atenes del seu temps fent preguntes incòmodes als seus conciutadans més respectats. Els ensenyava el mateix: que el camí del saber és el camí de l’aprendre i que està, en última instància, a l’abast de cadascú de nosaltres. «Coneix-te tu mateix», deia la famosa sentència que ell predicava. Ara ja sabem que no volia dir «busca’t a tu mateix» sinó que s’ha de traduir d’aquesta altra manera: «No deixis d’aprendre de la teva vida».

 

Enllaç a l’original [3]